martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 31: Un final

La habitación, corremos hacía ella, es tarde es muy tarde. Natalie entró en paro cardiaco. 

-¡NECESITAMOS UN QUIROFANO!- Dice él médico más joven de todos.

-¿Qué ocurre?- Digo con una voz casi inaudible.

-QUE SAQUEN A ESTAS CHICAS DE AQUÍ.- Vuelve a gritar el mismo médico de antes. 

Nos sacan a empujones de aquella habitación y salimos a la misma sala de antes. Llorando, pero en shock. Está muriendose, mi mejor amiga, mi hermana... 

-Sophie. Sophie.- Me grita alejandra.

-Dime.- Le contesto.

-Ve fuera, yo me quedo. Asiento

Salgo corriendo, tan rápido como mis piernas, despues de tantas emociones, me dejan. Salgo por la pequeña puerta de atrás y está lloviendo, pongo mala cara y vuelvo a entrar, saco un café de la máquina de la derecha y vuelvo a salir. Y allí estoy yo, muerta de frío, con un vestido de fiesta, los ojos llenos de lágrimas y sólo con ganas de que todo esto acabe, un café entre las manos y agua cayendo de mis ojos en formas de gotas. 

-¿Sophie?- Oigo a alguien, levanto la cara.

-¿Alex?

-¡Sophie! ¿Qué haces fuera? ¿Cómo está Nat? ¿Y Ale?- Pregunta nervioso.

Las lágrimas siguen brotando de mis lágrimas.- Natalie acaba de entrar en parada, está en quirófano... por eso estoy aquí. Ale está dentro, callada y quieta. Natalie se va, Alex. Se muere. 

-¿Qué dices Sophie?

-Se está muriendo. Está en quirófano, no se por qué pero sé que está en quirófano...- Las lágrimas me inundan toda la cara, ya no puedo más. Todo me supera.

-Sophie, tranquilizate, me voy dentro anda, ven dentro cuando quieras.

No contesto, vuelvo mi mirada hacía el suelo, una mirada perdida, la de nunca, la que sólo tuve cuando mi padre falleció. 

-Ah y  Sophie.- Me vuelvo.- Sigues estando guapa, aunque si sonríes, un poquito más.- Me regala un beso en la mejilla y entra, desaparece. 

Entro al acabar el café. Cojo una bolsa en la que tengo ropa más abrigada. Voy al baño y me cambio. Salgo sin el vestido, con unos vaqueros, un jersey y unas botas negras un moño de siempre y  con la cara lavada. 

-¿Sophie? ¿Estás mejor?- Me pregunta Alejandra con voz apenas audible.

-Sí, cielo, ¿cómo estás tú? ¿Y Natalie?

-Yo bien y sin novedades de Nat. 

Dejo la bolsa y salgo fuera. Café en mano, rememorando y pensando cuando el móvil vibra. 

-¿Si?- Contesto.

-Soph, soy Sami, tu compañera de la escuela de danza.

-Sí, ya se.- Contesto riendo.- ¿Pasó algo? ¿Qué tal todo? 

-No, no pasó nada, sólo quería preguntarte, ¿que tal por Los Ángeles? 

-Pues, estoy en el hospital porque han herido a mi mejor amiga, la han agredido, pero vamos que estaré allí lo antes posible, Sami... ¿Tú qué tal por allí ?

-¿Qué dices Soph? Por aquí bien, pero lo importante es como estáis... 

-De momento está en quirófano, entró en parada y bueno... supongo que, se está muriendo, Sami, se muere.- Rompo en llantos.

-Tranquila, Sami, todo va a salir bien. Te llamo después, entro en clase, te quiero.

-Adiós, Sami, gracias y yo.

Cuelgo el teléfono y lo meto en el pantalón. 

Se abre la puerta y sale un pitido de ella, parada en el quirófano 3, habitación 404. Salgo corriendo. 
Otro pitido.
Visión en blanco.
No siento ni oigo nada.

-¡Sophie! ¡SOPHIE! 

- DESPIERTA, REACCIONA.

No puedo contestar, no puedo.

-¡SE NOS VA!

Es lo último que oigo. 
Ya no siento nada.
Sólo vacío.
¿Será esto la muerte? 


                                           FIN.

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